Hiperinflación venezolana

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Al igual que en Alemania en los años veinte, en Venezuela se está dando un caso parecido de hiperinflación. Está claro que el gobierno venezolano no ha sabido gestionar su inflación lo que ha desembocado en una terrible subida de precios teniendo sumergido al país en un gran caos y desesperación. En octubre del pasado año, los precios se desembocaron subiendo un 50% lo que hizo entrar al país en una hiperinflación. Recientemente, el indicador ha sobrepasado el 825,7% siendo el más alto del mundo, según el FMI (Fondo Monetario Internacional), si no se revierte esta tendencia, Venezuela podría plantarse en una inflación del 4.700% para el año 2022. Tan sólo en una semana, el dólar pasa de 46,238 a 52,128 bolívares.


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El régimen de Maduro apuesta por la subida del salario mínimo para hacer frente a los precios que se disparan día tras día. El pasado año, Maduro llegó a subir en siete ocasiones el salario mínimo, pero el bolívar, se sigue desplomando frente al dólar en el mercado libre. Venezuela acabó el año 2017 con una inflación de más del 2.735%, ante esta precaria situación, los venezolanos dependen del esquema gubernamental de distribución de alimentos subsidiados. 

Las protestas en Venezuela por falta de comida y otras carencias cada día son más comunes. 


El incremento de la base monetaria en circulación y la reducción de los bienes en el mercado, ha propiciado la caída de la producción, lo que ha provocado un desajuste entre la abundancia de dinero nominal y la escasez de productos, todo ello, ha destrozado por completo el poder de compra de los ciudadanos. 


Mientras tanto, el gobierno venezolano busca culpables fuera del país, hablan de una "inflación inducida" propiciada por EE.UU siendo la oposición y comerciantes especuladores dentro del país. 

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